Firewatch
¿Alguna vez habéis sentido con ganas
de huir?¿De dejarlo todo atrás para olvidar vuestros errores? Así
comienza Firewatch. El título de Campo Santo fue uno de los títulos
más premiados, en lo que a narrativa se refiere,durante el año
pasado. Un juego que parece dar un paso claro y firme hacia una
manera de ver la narrativa del videojuego de una forma más madura y
dejando a un lado lo bombástico y lo banal.
Todo comienza con una pantalla estática
mientras los textos nos describen como se conocieron y pasaron su
vida juntos Henry,nuestro protagonista, y Julia. Después de que
Julia se le diagnostique Alzheimer a su temprana edad,Henry tendrá
que cuidar de ella y esto al final acabará con Henry dejando sus
cuidados de Julia por ir al bar a “respirar un poco”. Esto hará
que los padres de Julia se la lleven a Australia y dejen solo a
Henry,que decide aceptar un trabajo de guardabosques. Y a partir de
aquí empieza nuestro verano en parque nacional Shoshone.
Tras llegar a nuestro nuevo hogar,oiremos la voz de una desconocida
por el walkie talkie. Delilah,nuestra supervisora,con la que entablamos una fuerte amistad.
Henry y Delilah son tremendamente
humanos. Especial mención a los actores que les ponen voz ya que
hacen un trabajo espectacular y consiguen dar ese plus siempre que
haga falta para dar verosimilitud a cada momento. El guión está
sabiamente ejecutado. Siempre que termina una conversación estás
deseoso de que venga la siguiente. Esto fomenta la exploración del
escenario para descubrir conversaciones secretas. Con cada diálogo iremos desgranando,poco a poco, la personalidad y los secretos que
esconde nuestra compañera. Delilah es un amor de personaje.
Divertida y elocuente. Es imposible no establecer una amistad casi
tangible en pocas horas. Esto ayuda a Henry a olvidar
(momentáneamente) sus problemas. Con el tiempo iremos viendo más
caras sobre cada uno de los protagonistas que solo harán que afianzar
más su amistad,a la vez que más cariño cogemos a Delilah y Henry.
El parque nacional Shoshone
también tiene su parte protagonista. Cada paseo para llevar a cabo
nuestras funciones como guardabosques es un paseo relajante y
tranquilo por unos preciosos bosques. Solo interrumpidos por
conversaciones por walkie talkie con Delilah,lo cual nunca es un
problema. Los paisajes de Shoshone son preciosos y los efectos de
sonido son perfectos. Salvo en contadas ocasiones donde es juegos se
apoya en su gran banda sonora para momentos justos,siempre estaremos
acompañados de los sonidos del bosque. Esto aporta un sosiego a
Firewatch que hace disfrutar de cada pequeño paseo. Hace que ir de
punto “A” a punto “B” se gratificante. Firewatch tiene el HUD
justo y es casi invisible. El juego transcurre en el verano de 1989
así que tenemos que orientarnos con un mapa y una brújula. Esto le
da un punto más en la inmersión y hace que realizar nuestras tareas
sea un poco más manuales. Le da un plus a desplazarse. Aunque
cuanto más avanzas en la obra,vas encontrando pequeñas chuletas con
los caminos a seguir en puestos en mitad del bosque y también tu,por
ti mismo,vas aprendiendo los caminos a seguir. Las animaciones si que
tiene ciertos altibajos,ya que a veces son fantásticas y medidas al
milímetro y a veces esos milímetros se van un poco lejos. Pero nada
que destroce el resultado final.
Antes
de dejarnos,Firewatch cierra con una gran moraleja para acabar de ser
un título más que redondo. Un mensaje de responsabilidad y
aceptación de nuestros errores. Un final sobre no huir de los
problemas,sino afrontarlos. Es divertido como el videojuego,que
siempre pretende hacer desconectar y hacerte vivir una historia en la
que no tienes que responsabilizarte de tus actos,ahora te da una
bofetada y te dice que ya eres lo suficientemente mayor como para
dejar de huir de tus problemas y empezar a plantarles cara. La culpa
solo se va cuando hacemos algo por enmendar eso errores que la
provocaron. No huyendo. No ignorándolos. Solo enfrentadonos a los
problemas conseguiremos arreglarlos. Este es el precioso y valioso
mensaje de Firewatch. Esto es lo que le de un valor increíble y que
hace que la aventura de Henry, a parte de sentar cátedra y de dejar
el listón altísimo, nos haga crecer con ella y nos enseñe una gran
lección de vida. Ahora es responsabilidad nuestra seguirla.
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