Hollow Knight


Más vale tarde que nunca. Hollow Knight, la opera prima del Team Cherry, fue uno de los grandes títulos de la cosecha del 2017; y un olvidado por mí. Entre el tiempo y el priorizar otros juegos, Hollow Knight cayó en el olvido que es la biblioteca de Steam. Pero hoy toca redimir a este grande con mayúsculas; una aventura apasionante, difícil y que sabe adaptar los “metriod-vania” a los tiempos actuales, creando así unos de los máximos exponentes del género hasta ahora.

Hollow Knight no inventa nada, sus referencias están más que claras, pero su conjunto y ciertas variaciones lo hacen sentirse único. Una pequeña joya oculta entre tanto polvo. Su narrativa ya la hemos visto, no es nada nuevo; pero lo que tiene que contarnos sí que se siente fresco, ya que su mundo tiene una personalidad y un bagaje únicos. No voy a hablar más de lo debido pero es una historia que vale la pena descubrir. Los escenarios, los amigos y enemigos no irán destapando poco a poco el tupido velo que esconde los secretos de Hallownest, las tierras que recorremos. A medida que avancemos se notará nuestro peso en los sucesos ocurridos y por ocurrir y esto sumado a algunos viajeros que iremos viendo y que serán vitales en algunos momentos clave hace que Hallownest sea un lugar donde dejaremos horas y horas para descubrir y intentar arreglar el desastre que ha llevado a la desgracia estas vastas tierras.
Dichas tierras son tristes y decadentes, pero no por ello dejan de ser hermosas y vivas: el equilibrio es perfecto. Como ya he dicho en más de una ocasión: estamos en un punto en que algunos juegos presentan unos gráficos y una dirección de arte atemporal y que no se siente capada por la tecnología; Hollow Knight es bellissimo y casi inmejorable en su arte y música. Consigue dar siempre en la tecla para evocarnos unas sensaciones claras y que la banda sonora hace tangibles; es maravilloso entrar siempre en una nueva zona porque aunque este sea un lugar caído en desgracia, hay vida en él y hay lugares que nos demuestran que la esperanza aún está viva en Hallownest. La variedad, tanto en escenarios y habitantes, es enorme y al ser un universo singular permite ser novedoso e imaginativo con él. La parte visual y sonora es clave en el éxito narrativo de Hollow Knight ya que se extrae mucho de ella.

Hallownest es muy bonito, pero también es un lugar desconocido y salvaje que, en ocasiones, será un duro enemigo. El diseño de niveles está a la altura de los mejores y fomenta como pocos la exploración con su curioso sistema cartografía. Cada nueva zona en la que entremos, lo haremos a ciegas y hasta no encontrar al cartógrafo, un simpatiquete insecto que nos venderá los mapas de la zona; la gracia está en que estos mapas no estarán completos y tendremos que ir descubriendo nosotros. Esta tontería hace que cada hueco tenga que ser explorado y es una manera visual de saber qué nos queda por ver. Si a todo esto le sumamos la estructura clásica de los “metroid-vania”, tenemos una obra que se retroalimenta de una forma espectacular y a la que nos va a costar despegarnos.

Y si cuesta despegarnos de la pantalla y el mando es porque movernos por los escenarios y plataformas es, casi siempre, delicioso. Su calidad como “metroid-vania” nos obligará a buscar habilidades y hechizos para encontrar o crear nuevas rutas, pero el peso que tienen las habilidades en el movimiento entre las plataformas es adictivo. Los deslizamientos, impulsos y dobles saltos crean un escenario que funciona por capas y, gracias a esas ansias de exploración, se exprime a fondo. Los momentos de plataformas que van en tu contra son los instantes en los que vemos las luces y las sombras del desplazamiento. Una vez controlado, es alucinante y increíblemente satisfactorio ver como dominamos cada habilidad hasta unas precisiones de infarto; pero el camino hasta este instante puede hacerse muy, muy cuesta arriba. La frustración forma parte de Hollow Knight y es algo que debemos de admitir y respetar, pero esto no la hace mas llevadera. Errar algunos saltos por culpa de no ver bien la pared o notar el contacto con ella pero resbalarnos porque sí son los mayores problemas que nos darán las plataformas y el movimiento. 
El movimiento es esencias en Hollow Knight, ya sea esquivando unos pinchos de unas raíces o peleando con una horda de enemigos. Las contiendas en Hollow Knight pueden parecer simples a priori pero poco a poco ganan una profundidad envidiable y un gran fondo de armario y no precisamente por las habilidades y hechizos. No me malinterpretéis: los hechizos y habilidades son suficientes y no echareis de menos ningún movimiento clásico, pero la profundidad real surge al añadir en la ecuación los amuletos. Pequeños objetos ocultos por Hallownest que nos potenciarán y definirán nuestro estilo o estrategia en cada momento. Es integrar una especie de especializaciones si tener que recaer en subir de niveles y condenarnos a escoger.

Una vez clara la estrategia nos toca darnos de hostias hasta salir victoriosos, pero no será fácil porque la variedad y dificultad de enemigos no pondrán de su parte. La variedad es enorme y siempre es tenso ese primer encuentro y descubrir sus fallas y puntos débiles. En los combates deberemos gestionar tanto espacios como los tiempos de forma perfecta y, igual que en las plataformas, cuesta su esfuerzo y muchas veces puede parecer imposible. Vamos que la frustración hará otra vez acto de presencia. Los primeros combates siempre son algo abrumador, no encontramos huecos en los que golpear, no hay treguas para curarnos; es un dolor de muelas, pero aprender necesita su tiempo, paciencia y tranquilidad. Hollow Knight puede ser frustrante pero no injusto, que exige una gran precisión y cometer pocos errores: sí, pero eso no lo hace injusto. Los patrones son claros son necesitas estar en sintonía con ellos y en ese momentos sentiremos el climax de la experiencia que son los combates finales.

Hollow Knight es uno de los grandes juegos con mayúsculas del 2017 por merito propio: es absorbente, profundo y desafiante. De verdad que como te atrape es un pozo de horas y todo por saber ejecutar a la perfección un juego difícil de llevar a cabo. Nunca he sido muy fan de los “metriod-vania”, siempre ha sido una asignatura pendiente; aunque dicen que una vez entras no sales, pero eso ya se verá. Lo que se es que vine a Hollow Knight por lo conocido y me quede por lo que le hace único.

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