Semblace


Dentro de este mundo cada vez es más complicado destacar y ser original; puede parecer que esta todo inventado, pero creo que es un problema de perspectiva y de creer que no se puede añadir o reinventar conceptos. Las game jams me parecen la solución para este estancamiento creativo; de ellas han salido productos tan refrescantes como SuperHot, con su maravilloso uso del “tiempo bala”, que nos abre la mente y nos demuestra que tenemos que cuestionarnos más a nosotros mismos y a los videojuegos que disfrutamos. Solo dándole un giro de tuerca a lo conocido o reinventado géneros conseguiremos seguir hacia adelante y evolucionar. Todo esto es una idea, pero la ejecución lo es todo y Semblance es eso, una buena idea que, por una ejecución mediocre, no brilla con la potencia que podría.
Semblance es un plataformas en 2-D que tiene como mecánica destacable e innovadora la capacidad de deformar y reformar las plataformas que nos encontramos. Es una idea genial y no le pongo ninguna pega, la verdad; es una forma nueva de entender las plataformas y que abre la mente del jugador que percibe cada nivel de forma única y le obliga a dejarse de convenciones para aprovechar las nuevas herramientas a su alcance.

El pilar de todo es el diseño de niveles que tienen la importante tarea de darle un uso a estas nuevas herramientas y fomentar su uso. El diseño tras Semblance es correcto y cumple con su misión. Poco a poco encontraremos nuevos muros que nos impidan el paso y nuevos elementos que nos generen algún que otro quebradero de cabeza, aunque al final los retos son más asequible de lo que puede parecer de buenas a primeras y se pueden afrontar desde el orden que queramos. Semblance tiene un problema de introducción de conceptos; para avanzar debemos recoger unas orbes dentro de cada pantalla que están representados por arboles. Hay varias orbes en cada árbol y podemos afronta, como decía antes, afrontar en el orden que quieras. Mi problema reside en el tutorial invisible; no era capaz de ver que nuevo concepto se estaba explorando en esa pantalla hasta que la cosa no se ponía difícil. Creo que es más que normal pensar que la dificultad sea progresiva; que la primera orbe muestre de que va a ir la cosa en esta pantalla y la última sea un examen final, por eso me resulta tan chocante que sea al revés(en mi caso). No se exprimen las bondades del diseño para enseñar al jugador de forma orgánica. Otros títulos del estilo usan los trayectos entre puntos para ir dejando pequeños miguitas de pan dentro del jugador y Semblance carece de ello.

La mecánica de deformar y reformar las plataformas a voluntad no es perfecto y esto acarrea unos problemas de pulido que, ahora sí, dejan la experiencia fuertemente tocada. Dejar libertad al jugador siempre es un problema porque acarrea trabajo de más y un complicado trabajo de pulido, esto lastra la jugabilidad y la convierte en una experiencia incomoda y frustrante en ocasiones. Los errores en el plataformeo en las superficies deformadas no son aislados y impiden que el jugador pueda fluir por los niveles como querría. Tengo una máxima muy clara y contundente en este sentido: cuando erre un salto o un deslizamiento, quiero sentir que el error ha sido todo mio; si siento que algún agente fuera de mi control, como puede ser un control poco pulido, ha intervenido para fastidiar entonces tenemos un grave problema. Esto es el mayor “pero” que le pongo a Semblance: su falta de pulido. 

La duración es un tema que también visto desde fuera de nuestra burbuja de jugadores es difícil de afrontar. Para resumir rápido: la duración de un juego no es representativo de su calidad. Los juegos más largos de los debido están mal, igual que los que se quedan cortos. Semblance padece de este problema y es una cosas que no suele importarme pero en su caso duele más de lo normal. El que sea una propuesta tan refrescante genera en el jugador una lluvia de ideas y posibilidades para desarrollar nuevos retos que no se ven exprimidos al final. Recuerdo cuando vi el trailer de Semblance que pensé en las grandes posibilidades y el potencial que subyacía en la propuesta, pero al terminarlo sientes una sensación de vacío y de falta de desarrollo. El final es abrupto y casi que sale de la nada, sino supiéramos desde el principio que hay cuatro mundos sentiríamos el juego recortado. Esto aunado a la falta de motivación para una segunda vuelta condena a Semblance a , una vez concluido, coger polvo en la biblioteca virtual.
En lo demás apartados del juego no hay mucho que rascar; la narrativa que ofrece es vaga y perezosa. Es una típica narrativa simple y que se nota, hasta cierto punto, puesta para darle cohesión y sentido al viaje, pero no esta especialmente inspirada y usa el trillado tema que parece ya un revulsivo narrativo típico de los juegos independientes: la corrupción de la naturaleza y la concienciación sobre su preservación. Hob y Fe, por ejemplo, tienen una historia muy similar y que comparte hasta cierta estética pero intentando aportar al conjunto con ello. Aunque hay un detalle que salva un poco los muebles y es el origen de nuestro protagonista como ente nacido de la tierra con el poder de destruir y reconstruir para curar la corrupción.

Tampoco se salva de la quema su apartado artístico y sonoro. En la parte sonora, en los momentos donde los errores anteriormente comentados aparecen, los efectos de sonido se desincronizan y hacen aún más caótica la experiencia; la banda sonora brilla por su ausencia o poco peso y los efectos de sonido que contribuyen a los buenos momentos de Semblance no salvan el día. En lo visual da una paleta de colores a cada mundo para diferencialos pero patina en algunos de ellos por saturar el escenario de dicho color, dificultando la visión y diferenciación de superficies. Todo desemboca en un producto artísticamente sin carisma ni pegada.

Tener una buena idea no lo es todo. Semblance escenifica esto a la perfección; unos desarrolladores jóvenes con grandisimas ideas pero que aún les falta por aprender. Quizás era algo más ambicioso de lo que puede parecer y les ha ido justo para acabar de darle una última capa de pulido que habría significado, sin lugar a duda, la diferencia entre un producto mediocre y una gran obra. Cuando tienes una idea tan refrescante es aún más difícil cumplir las expectativas porque se descubre un terreno inexplorado y todos vemos un potencial enorme difícil de explotar para los desarrolladores. Semblance no será un gran plataformas pero es un juego que merece la pena jugar porque expande la mente, muestra nuevos horizontes y demuestra que no esta todo inventado y planta una semilla de creatividad.

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