Yoshi's: Crafted World


"Mezclar videojuegos y política es un error; quien dice ésto solo es un cansino que intenta censurar a los desarrolladores porque quiere que todos pensemos como él. ¡Qué asco de gente!"
Si sois lo suficiente asiduos a los comentarios de las noticias en la prensa especializada o simplemente tenéis Twitter habréis leído más de un comentario con estos argumentos y tono vehemente; es la traslación exacta de ese pensamiento futbolero de no mezclar entretenimiento y politiqueo. Este tipo de personas me intrigan sobremanera; quiero pensar que muchos lo que hacen es ignorar los evidentes signos políticos que sedimentan en cualquier creación humana, pero no soporto a quien lo niega. Es imposible desligar las influencias políticas, culturales y temporales de una obra: en una sociedad machista el tropo de la damisela en apuros no crea fricciones en el público, en una sociedad colonizadora no se verá mal las invasiones a tierras extranjeras y en una sociedad racista no se sentirá jamás forzado que el protagonista sea un hombre blanco. Es una regla de tres bastante sencilla. Pero mejor vamos al lío usando el análisis de hoy como ejemplo: Yoshi's: Crafted World y cómo se posiciona a favor del reciclaje.
El juego de Good-Feel es una carta de amor a la infancia, las manualidades y el reciclaje. La infancia y cómo despertarla es algo que creo que no hace falta explicar mucho siendo un juego de Nintendo así que vamos al siguiente.
Lo que podría parecer un simple cambio de estilo visual para vender el "mismo" juego, es exprimido hasta la última gota. El nuevo juego de Yoshi no ha cambiado la lana por el cartón y ya está, dentro del cambio artístico ha construido un mensaje claro y directo al jugador, y sea de la edad que sea, el mensaje calará. Tiene un punto nostálgico de esos días en los que una caja de cartón, unos rotuladores y un poco de cola podían ser cualquier cosa y cómo con muy poco dinero se podía obtener mucho. Su tono solo hace que crear los cimientos ideales para evocar esos recuerdos pasado, pues estas manualidades siempre se hacía con horas por delate y con calma. Y con esta idea en la superficie, en el fondo se encuentra el mensaje más importante: el reciclaje.
Yoshi's: Crafted World me recuerda a esas historias que me cuentan mi madre y mi padre sobre cómo, al no tener dinero para mucho, ellos se creaban sus juguetes. Cómo mi padre, fanático de Star Wars, aprendió a creas con cartones las emblemáticas naves de la saga es algo muy bonito. Y muy gratificante para él mismo y para el planeta. Fomentar lo más posible el reciclaje es algo clave para las siguientes generaciones y el juego del amigo de Mario logra hacer muy atractiva la idea, pero ésto no se consigue con eternas exposiciones o una trama centrado en ello: estas conclusiones se extraen gracias al diseño.

Este look atractivo se lo da un apartado artístico y sonoro impecable y sin fisuras. Es perfecto. El otro día hablando con un amigo le dije que creo que hace tiempo que Nintendo, muy inteligentemente, había llegado a su techo gráfico, ya que al no obsesionarse con los gráficos fotorealistas y el 4K, hace tiempo que sus obras ya no envejecen. No dudo que escalarán más en calidad gráfica, pero sus juegos seguirán vigentes. El juego de Yoshi presenta unas texturas y unos entornos que rozan ese fotorrealismo, pero lo hace sin dejar de plasmar su estilo; se usan los gráficos para mostrar como si estuviesen frente nosotros esos mágicos e imaginativos mundos de cartón. Pero ésto no es solo gracias a los gráficos, sino a los diseños artísticos sólidos y con una imaginación desbordante; Yoshi's: Crafted World nos presenta mucho mundos con estéticas propias y tonos diferenciados que le dan un punto de odisea a toda la aventura.

Aunque la gracia es cuando le damos la vuelta al cartón y vemos la manualidad entre bambalinas. En ese momento vemos, si aún no lo habíamos visto, cómo todo los escenarios podrían construirse con un poco de paciencia y los materiales necesarios. Vemos la versatilidad de una lata o una botella y muchas más... Cuenta el truco de magia para que tú puedas hacerlo, si quieres. Pero ésto es un juego y habrá que jugar: Pero sin olvidarnos de reciclar.
Los juegos de 2D de los de Kioto tienen unos cimientos construidos en la tradición, la experiencia y la imaginación que son infalibles, podrá decirse que son más o menos difíciles, pero a la que te pones a ver el diseño tras ellos solo se puede que sacar una libreta y apuntar. Los diseños de niveles clásicos de Nintendo siguen una fórmula que puede oscilar en algunos casos, pero que suele ser siempre la misma: Empiezas el nivel viendo el nuevo obstáculo en un entorno seguro; después estos obstáculos se deben superar en un entorno hostil, donde un error será fatal; y para terminar una prueba final donde el obstáculo es exprimido hasta el fondo. Que no se me mal entienda; cada juego de plataformas de Nintendo suele tener algo que lo diferencie a los demás: en el caso de Yoshi's: Crafted World es la importancia de los planos delanteros y traseros, donde se esconde más de un colecionable y valiosas flores. Recuperando el tema de la dificultad; la "facilidad" del juego es más cosa de Yoshi, que de un diseño condescendiente por parte de Good-Feel. El salto del pequeño dinosaurio es muy versátil y da mucho margen a la maniobra, y si aprendes a dominar, se le puede sacar mucho jugo. Si le damos la vuelta, es de aplaudir el trabajo de hacer niveles que puedan recorrerse de una forma maravillosa tanto de derecho que del revés: porque aquí se reciclan hasta los niveles. Una cosa sorprendente de Yoshi's: Crafted World es lo extenso de su contenido. Pensar en que son dos juegos en uno, puesto que cada nivel tiene su anverso y reverso, con objetivos diferentes y montones de colecionables. Y solo por darle la vuelta a sus niveles.

¿Lo veis? Una simple idea como "¿Por qué no hacemos niveles que se puedan jugar en ambos sentidos? Se termina convirtiendo en un juego con un mensaje bellísimo sobre el reciclaje, ya sea de niveles, ideas o latas. Todo tiene un fondo, todo tiene un mensaje y todo intenta decir algo; ésta es la moraleja que nos tiene que quedar con Yoshi's: Crafted World. Bueno, y reciclar también. Toda obra tiene una ideología subyacente y que permea a muchas capa. Y si el bueno de Yoshi se posiciona políticamente, cómo no lo van a hacer los demás.



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