Flat Heroes


Estos momentos del año son pura fatiga e ilusión al mismo tiempo; puede que este año sea especial ya que no todos los años tenemos en estas fechas títulos tan inmensos como Red Dead Redemption 2 o Pokemon Let's Go. Juegos que te sorben el tiempo con una fuerza que puede llegar a quemar y hacernos coger un mando con menos ganas. También hay otros factores como ver que otras obras interesantes se nos pueden escapar o nuestra propia cartera, pero me interesa detenerme en la fatiga que pueden provocar estos títulos enormes y dar la que ha sido mi vía de escape durante este mes de intensas sesiones. El juego de plataformas minimalista de Parallel Circles: Flat Heroes. Una maravilla jugable, una lección de diseño y un bellísimo juego en su minimalismo.
Flat Heroes es un juego que a primera vista puede parecer un producto sencillo y austero; un videojuego menor en presupuesto y que da el aspecto de uno de tantos juegos que inundan plataformas móviles como Play Store. Pero esa ilusión desaparece en el mismo momento que realizamos nuestro primer movimiento. Algo que me sorprendió la primera vez que jugué a Super Mario Bros es el propio peso de Mario y su inercia en los saltos. Ese tener que pensar en Mario como una persona que pesa y su peso tras saltar afecta al aterrizaje consiguió enseñarme porqué el clásico de Nintendo y su nivel 1:1 ha provocado esos mares de tinta y de estudio. Es algo impactante para la época -o para los que no hemos vivido esa época- y como sigue siendo vigente. Flat Heroes tiene su propio momento nivel 1:1, pero a su estilo, que consigue otorgarle un peso y una peculiaridad: las físicas de los cuadrados.
Estas físicas son las propias de dicha figura geométrica y provoca que tengamos que entender, aprender y controlar para superar el primer obstáculo de Flat Heroes: ser un cuadrado. Nuestro avatar cuadriculado responderá a los movimientos de forma que para conseguir movernos, deberemos ejercer con el stick la “fuerza” necesaria. Sino veremos como se levanta un poco y vuelve a caer sobre la misma cara. Al sumarle los movimientos clásicos como un salto o un desplazamiento y movimientos más propios como una defensa o poder levitar un instante, consigue que el control en los primeros instantes se sienta extraño y peculiar. Único, al fin y al cabo.

Como se ve en la peculiaridades del control, y como veremos a lo largo de cada apartado; Flat Heroes esconde dentro de su entrañas pequeñas capas de dificultad que poco a poco complican, en una buena curva de aprendizaje, a sobrevivir a las situaciones más extremas.

El diseño de escenarios es una de esas capas invisibles o que pueden pasar desapercibidas, pero que pueden marcar la diferencia entre un paseo o un sufrimiento constante. Lo primero y esencial en los escenarios es lo comprensibles que son con un simple vistazo. Esto es algo que se puede extrapolar a toda la obra de Parallel Circles y que permite dejarse de explicaciones y darle al mando. Pero, al avanzar, veremos como aparecen nuevos obstáculos, como paredes mortales o diseños más intrincados, y hasta cierto punto laberínticos. Pero al relajarnos y parar atención a los niveles, podemos ver “rutas” escondidas en la simpleza de sus plataformas y demostrar lo estudiado de su colocación. Aunque el juego no obliga de descifrarlos, en los momentos más crudos es algo vital para salir adelante. Y para acabar con ellos, una cosa brillante de la curva de aprendizaje y los escenarios es como a la larga podremos, con solo ver el escenario, intuir por donde van a venir los tiros y esto une los escenarios con los enemigos, que se sienten perfectos en cada nivel.
Los enemigos y el diseño, tanto jugable como visual, es lo mejor de la experiencia de Flat Heroes. Es una avalancha de creatividad, frescura y mala hostia que parece no tener fin. Cada unos de estos enemigos tiene sus características y estrategias únicas para hacerles frente. Crea unas ansias de ver con qué nos sorprenderá ahora el juego y cómo los combinará para representar un nuevo reto. Esta filosofía de diseño se ve llevada al cenit con los jefes de cada mundo. Cada uno de su padre y de su madre, creando retos únicos y desde perspectivas nuevas para los visto en esos mundos. Son el reto con mayúsculas y la verdadera magia del diseño de enemigos detrás de Flat Heroes.

Pero este reto no tiene porque llevarlo unos solo acuestas. Flat Heroes presenta muchos modos y niveles para disfrutar acompañado de hasta 4 jugadores. Y así es como más se disfruta del título, con unos amigos y una tarde-noche por delante; y el juego lo sabe porque se siente atención y cariño por hacerlo posible. Uno de los problemas que encontré al cooperativo de varios juegos analizados como Cuphead o Wizard of Legends, era que sentía la dificultad por ir acompañado. Y no por más enemigos o molestarnos, sino que visualmente creaban situaciones caóticas en juegos que exigen un control total de lo que ocurre en pantalla, porque un error te manda a casa. Flat Heroes y su minimalismo no se ven afectados por eso y crean, con sus animaciones de muerte, verdaderos momentos de humor videojueguil. Y se echa en falta en las partidas solo, por la diversión y por la repartición de los enemigos del escenario, que cambia lo que en solitarios puede ser un reto serio a un tramite entre risas. Y con la capacidad de molestarnos entre nosotros y modos versus que siempre animan a perder una amistad.
De verdad que ha sido para mí una válvula de escape y desconexión durante unos meses cargados de títulos enorme y que piden -quizás- demasiada atención y tiempo del jugador. No me voy a quejar muy alto porque tampoco es malo -lo prefiero a un solar de lanzamientos- pero con tanto juego de mapa kilométrico y intrincados sistemas de juego, siempre viene bien tener juegos para relajarnos con cuatro ideas explotadas y perfectas, y que nos recuerden lo bonito que es jugar.

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