Un 2019 sin Pinjed
2019 va tocando a su fin, y como hice
el año pasado, toca hacer un poco de balance. Ha sido un año
extraño, no tanto por los títulos, sino por los movimientos de la
industria. No han habido cambios significativos y todo la carne
parece destinarse al año siguiente, donde la siguiente generación
hará acto de presencia. No soy capaz de hacer como el año anterior
y hablar de lo bueno, a lo que hay que prestar atención y lo peor
del año, porque en este año solo se me viene a la cabeza una
noticia. Una verdadera tragedia que ha vivido el periodismo de
videojuegos hispanohablante: El fallecimiento de Fran Pinto, más conocido como “Pinjed”.
Con el jolgorio y el hype, se
nos olvidan las personas que hay detrás y lo importante que pueden
convertirse para uno sin darse cuenta. Quiero ser sumamente
respetuoso con el tema, pues jamás tuve la ocasión de cruzar
palabra con Fran y no quiero equiparar mi pérdida a la de las
personas que si tuvieron ese placer y gusto de trabajar y vivir con
él. Con este texto pretendo honrar, como buenamente pueda, la
influencia que dejo Fran en mí.
Creerme que no es mentira si digo que
sin AnaitGames, yo no estaría aquí: perdiendo el tiempo en un blog
en 2019. Pero no molesta a nadie y yo disfruto con ello, así que
aquí estamos. Mi relación con AnaitGames es (creo) compartida por
muchos: empezando por el canal de Youtube de Eurogamerspain y
terminando, por voracidad de más contenido, en AnaitGames.
La sorpresa y el gancho que me enamoro
de AnaitGames y el Podcast Reload es su acercamiento tan maduro y
sesudo al ocio interactivo de los videojuegos: cómo los videojuegos
podían suscitar debates y temas actuales del día a día y dónde
los análisis, pese a seguir terminando con una puntuación numérica,
desprendían un toque especial e imaginativo; rompedor y con ganas de
llevar el análisis a algo más visceral y sentimental: pasar de
hacer guías de compra a análisis con cierta profundidad. Con ésto
no digo que AnaitGames sean unos revolucionarios de talla mundial,
pero son gente que aposto por esta línea editorial y consiguió
hacer la diferencia. Y son los primeros que vi haciendo algo así, y
el primer amor siempre es especial.
Este dream team
estaba formado por Pep Sánchez, Victor Martínez “Chiconuclear”
y Fran Pinto “Pinjed” cuando yo empecé a escucharles y apoyarles
en Patreon; unos años después, se añadió a la fórmula Marta
Triví, un sopló de aire fresco y una opinión muy a tener en cuenta
que ha conseguido abrirme los ojos para darme cuenta de lo sesgada
que podemos tener la cabeza sin saberlo.
Pese a
querer y respetar todas las voces que participan en AnaitGames, una
siempre destacó por encima de los demás. Esa era la voz de Fran,
porque Fran era el espíritu de AnaitGames. Y quiero explicarme: No
digo ésto por el melodrama, para mí, Fran encapsulaba todas las
virtudes de la web en su persona. Él era una persona con una gran
carga política y social, algo no tan común como debería. Fran no
temía a rasgarse las vestiduras si la ocasión lo merecía y dar su
opinión con toda libertad y expresada de la mejor forma. Ya fuera en
la enorme carga política de videojuegos “apolíticos”, con el
crunch y los
sindicatos de trabajadores del sector del videojuego o con la
diversidad de representaciones étnicas o de género en los
videojuegos. Todo ésto, marinado con el buen rollo que transmitía y
la alegría que nos daba a los oyentes, le convertían en la
personificación de Anait.
Todas estás
virtudes las llevaba a cualquiera de sus trabajos para AnaitGames y
sus textos dan fe de las habilidades de Fran con un teclado entre los
dedos. Siempre tendré marcado en mi recuerdo muchos de sus
artículos. Mientras escribía estas líneas, hojeaba los anuarios de
AnaitGames del 2016 y 2017 –recopilaciones de los mejores textos de
la web de sus respectivos años– queriendo recomendar algunos
textos en especial, pero ¿sabéis qué? Leeros cualquier cosa que
Fran escribiera, porque yo no podría dormir tranquilo recomendando
solo unos pocos. Lo que sí voy ha hacer es hablar del texto que a mí
me abrió los ojos: The Division y la supremacía del gilipollas.
No es
un texto especialmente largo, con unas tres páginas, sobre el último
y novedoso videjuegos de Ubisoft en aquel entonces. Algo que impacta
y muestra una de las mayores virtudes que puede tener una persona que
se dedica a hablar de cultura: es tener cultura. Y sé que es una
obviedad, pero eso no la hace presente en todos lados. Fran era una
persona muy cultivada y que nutría mucho sus textos de referencias y
conexiones inesperadas a la cultura popular, creando así un guiños
al lector y una conexión rápida con la idea que querría transmitir;
no muy lejanos a las maravillosas parodias de Los Simpson. Pero no
solo era una simple floritura, en ocasiones podías terminar el texto
con una información que desconocías –en el caso del texto que nos
ocupa, la función de los Marshall en los Estados Unidos del viejo
Oeste–. Le da un peso a los argumentos y una pequeña lección que
más adelante servirá para vertebrar la intención del texto;
sumándole un poco de saber que jamás hace daño.
Tras las
presentaciones, el texto nos coloca en el “aquí” y el “ahora”:
es 2016 y The Division nos plantea una sociedad yanki desmoronada
donde los ciudadanos deben tomar las armas para acabar con el caos
del fin de la civilización occidental. Un dramón. Dentro del juego
existe la Zona Oscura –un lugar donde los jugadores pueden toparse
con jugadores desconocidos y colaborar o atacarse con total libertad–
y ésto puede generar traiciones en el cualquier momento y de forma
natural, pero chocando frontalmente con la idea de ciudadanos yankis
patriotas que luchan unidos por levantar a los Estados Unidos.
Creando una incoherencia con la diégesis planteada por el juego.
Aunque el texto no
le hace falta profundizar tanto como un servidor. El análisis que he
hecho yo en el párrafo anterior es una lectura que vemos todos al
instante, pero Fran consigue mostrarnos la profundidad del problema
con un detalle que para muchos no pasaría de ser gente haciendo en
paría en un videojuego. Fran nos enseña que es problema existe en
la misma cola de registro al comenzar The Division. Una cola que debe
hacerse de uno en uno y donde no puede atravesar a los jugadores.
La “gracia” consistía en que algún
jugador se detuviera en el marco de la puerta para impedir entra o
salir a cualquier jugador.
Entonces Fran da sentido al título
denominando a estos jugadores problemáticos como gilipollas y pasado
a tocar la antropología para dar sentido lo ocurrido y cómo el
juego da por sentado que los jugadores entienden y respetan las
normas de la diégesis de The Division a raja tabla; cuando al final
todas las personas que hemos jugado online, aunque sea cinco minutos,
sabemos que es muy difícil evitar a los gilipollas, porque el ser
humano es intrínsecamente gilipollas. El enemigo siempre estará en
casa, aunque en el cartel de la puerta diga que es un refugio seguro,
como magníficamente sentencia Fran en el último párrafo y
mezclándoos con Jurasic Park para que todos lo entendamos.
Espero que se entiendo el porqué amo
este texto y el trabajo que hizo Fran en AnaitGames. Con cada texto
que escribo intento acercarme, mínimamente, a su maestría en la
forma de enfocar los textos y éstos me sirven como espejo para ver
mis carencias y errores, y poder corregirlos.
No quiero olvidarme de la persona que
había detrás de Pinjed: una persona con mujer y un hijo que sufría
una enfermedad que le relegaba a estar en silla de ruedas y a una
movilidad reducida. He dicho en el principio del texto que no
profundizaría en lo más personal, porque no soy nadie para hablar
en estos términos. Pero sí quiero señalar algo que Fran desprendía
solo con su presencia: un buen rollo y un amor por la vida enorme.
Una persona que jamás se compadeció ante sus lectores y oyentes
sobre sus problemas y que siempre dio el máximo por la familia de
la web, tanto seguidores como compañeros. O esa es la sensación con
la que yo me quedo.
AnaitGames ya no es lo mismo, pero la
vida es así y no se puede hacer más. Tan solo seguir creciendo y
dándolo todo; Victor, Pep y Marta han sabido salir del bache y
recuperar AnaitGames, cuando yo temía lo peor. Antes de irme querría
dejar por escrito un pésame para la familia de Fran y espero que
todo vaya lo mejor posible.
Gracias por todo, Fran.
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