Por fin llegamos los mejores del año. Como el año pasado, esto no es un top; son unas menciones de lo que más me ha enamorado este 2018. Muchos se han quedado fuera, como
Into the Breach,
Florence o
Chuchel, pero a veces toca elegir y esta es mi lista de los mejores de 2018.
Celeste: La superación a través del
diseño de niveles.
Celeste es una maldita maravilla en
todos los campos del diseño. Sus niveles consiguen una progresión
magnifica y que exigen pero no ahogan; si fallas, tranquilo, que en un
momento volvemos al ruedo; y unas mecánicas imaginativas en algunos
casos y que crecen durante la escalada. Y eso lo sostiene con un
salto y un desplazamiento: Es de volverse loco. Pero esto lo han
hecho otros, esto se puede replicar, pero ¿qué es es lo que le hace
destacar? Cómo a través de lo dicho anteriormente, sustenta una
narrativa, un viaje sobre la depresión y la capacidad de salir de
ella y superarnos con crecer. Celeste es una joya por conseguir
darnos fuerza para saltar siempre una vez más.
Far: Lone Sails: Fury Road.

Es una lástima lo ocurrido con Far:
Lone Sails. No levanto un gran revuelo y poco se ha hablado de él,
pero a mí es un título más que destacable y bien trabajado.
Su apartado visual y sonoro es bellissímo y crea un mundo frío y
misterioso pero no por ello distante o derivativo. Es un mundo que
desprende esperanza gracias a su vida; y esa vida que genera es el
susurro que perseguimos todo el viaje, ya sea para descubrir lo
ocurrido o para buscar una vida mejor. Pero todo esto no sería
posible sin la ayuda de nuestro viejo y fiel vehículo. Sin llegar a
ser algo realmente increíble, el juego sabe alimentar esa amistad y
hacernos sentir una conexión y una preocupación por el bienestar
del vehículo.
God Of War: Cómo empatizar con un
monstruo.
Tenía muchas dudas sobre este juego
antes de su salida. No comulgue con el final de la trilogía y no me
alegro en exceso volver a ver el rostro de Kratos en el E3 de 2016.
Pensaba que ya había pasado su hora y deberíamos centrarnos en lo
nuevo que estaba por venir. Ya lo he dicho más de una vez, pero me
encanta equivocarme si el resultado es esté. La nueva odisea de
Kratos es la reinvención inesperada y cómo consigue
insuflarle vida es lo que me fascina. Hay cosas a destacar como el
imparto gráfico o su pausado pero maravilloso combate, el gusto que
da blandir el Leviatán y eterno plano-secuencia. Pero lo que hace a
God Of War estar en el panteón de los mejores del año es la
relación entre Atreus y su padre. Una relación madura, silenciosa y
cariñosa con un padre que ha cambiado pero aún no se ha perdonado y quiere redimirse a través de su hijo.
Gris: Una prueba del arte.

Lo fácil (fácil entre muchas
comillas) habría sido hacer un juego bonito y poco más. Una cara
bonita, pero Gris quiere ser arte; y el arte no se conforma. Detrás
de su hermoso apartado artístico y las sutiles notas de la banda
sonora, se esconde un trabajo de diseño genial y unas mecánicas
escasas pero efectivas. De Gris se podría hablar largo y tendido
sobre su inteligencia visual y sus maravillosos detalles y muchos lo
recordarán por ello; pero si por algo recordaré a Gris es por lo
que transmite y por cómo lo comunica, cómo cumple lo que promete.
Marvel's Spider-man: De justicia con las arañas.

Voy a ser sincero: el juego del
trepa-muros no es perfecto. Tiene momentos muy poco inspirados y peca
de los errores del sandbox como todos, pero es Spider-man y eso manda
mi objetividad a freír espárragos. Tampoco voy a ser injusto, el
juego es un portento y está a la altura de una superproducción y lo
agradezco, porque ya era hora de hacer justicia con el vecino y amigo
Spider-man. Es un juego hipnótico en el balanceo y que presenta un
combate con su aquel y que premia al jugador con una espectacularidad
envidiable. Aunque si algo hace perfecto es reivindicar, como hace
Spider-man: Into the Spider-verse, la figura de la creación de Stan
Lee y Steve Ditko y trasladarla a los tiempos y medios que corren; y
así transmitir su bello mensaje.
Red Dead Redemption 2: El futuro.

Si algún juego he tenido unas ansias
enfermizas de jugar este año ha sido el último título de Rockstar
Games. Pero jamás me imagine lo mastodóntico que pretendía ser: Red
Dead Redemption 2 está diseñado para destrozar las expectativas y
subir el listón más alto que las propias barras que lo sostienen.
Es un juego que aún cuesta asimilar todo lo que es. Su iluminación
es algo de pura brujería prohibida y su detallismo es inabarcable.
En algunos casos me parece demasiado y todo. Creo que Rockstar ha
dado con un techo que va a ser difícil de superar, porque, si se
pierde en su ambición, puede destruir el conjunto. Yo no lo he
sufrido en exceso, pero si que comparto lo largo y tedioso que puede
hacerse para la historia por ser tan enorme y denso. Pero como digo, si yo
no lo he padecido mucho es gracias a Arthur Morgan. Es un
personaje interesante que crece y evoluciona y que no deja de
cuestionarse constantemente, tanto sus acciones como sus amistades, y
todo lleva al jugador a vivir una aventura tensa, dura y absorbente.
Return to the Obra Dinn: El diseño
deductivo.

La obra de Lucas Pope es apasionante,
cuanto más lo pienso más asombrado me deja. Es una locura que
parece tan sencilla cuando la tienes entre manos y en ello radica su
virtud. Return to the Obra Dinn es una clase magistral de diseño y
guía del jugador; cómo consigue moverte por el Obra Dinn buscan
pistas y demostrándote que todo cuenta y todo se ha tenido en
cuenta. La estructura y sus normas para la investigación son también
detalles a tener en cuenta y todo para originar en el jugador un
despertar de su sentido deductivo y su capacidad de investigación.
Es difícil de explicar, pero muy sencillo de jugar y disfrutar: y
por eso es un título para el recuerdo.
Super Smash Bros Ultimate: Para
vosotros, jugadores.
Este es mi primer Smash y eso puede
parecer abrumador pero ha sido un placer. Smash es y debe ser una
institución del videojuego; es un sueño hecho realidad y que parece
imposible; pero aquí está. Esta última versión de Smash tiene
infinitas virtudes: Su enorme selección de luchadores, su traslación
de estos a los combates, su música, escenarios, referencias,
contenido,... Y un largo etcétera. Pero si esto es abarcable y
disfrutable por cualquier simple mortal es gracias a su diseño Nintendo; ese
que permite a cualquiera jugar y disfrutar,pero tiempo y dedicación
para dominar. Un título con horas y horas de alegría con los
mandos.
Bueno y poco más me queda por decir:
Feliz Año Nuevo.
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